Y es que en nuestro caso, la incertidumbre era grande. Hace años atrás, en el Rockcinante, en una encarnación con solo Jan Kuehnemund, dejaron mucho que desear. Y en esta gira, en Madrid comentan que no acabó de convencer. Pero en Barcelona, hay que quitarse el sombrero.
Con una entrada menor de lo que esperábamos – hay que pensar que no venían desde hace muchos años, y nunca siendo cabeza de cartel – y sin ningún tipo de telón ni decoración, las tres originales Roxy Petrucci, Janet Gardener, la antes mencionada Share Pedersen, y Gina Stile, la cual estuvo en el disco “Tangerine”, comenzaban a lo grande con “Rev it up” seguido de un “How mucho love” en la que Janet, yo creo que emocionada y arropada por el público, ponía el micro para que cantásemos con ella. Y es que decir que desde el primer minuto, el público enfervoreció con ellas.
“Crusin’” de aquel primer disco, y vuelta al “Rev” con “Bad reputation”. Y es que como era de esperar, el setlist estaba básicamente basado en los dos primeros discos. Dos discos, que forman parte importante de cualquier degustador del Hard & Heavy más clásico y melódico.
Y una de las primeras grandes ovaciones al tocar “Cryin’”. Y es que cuantos y cuantas recordamos aquellos vídeos ya inmortales de la MTV, con unas Vixen en estado de gracia. Un estado que podemos decir sigue casi intacto pese a los años que han pasado.
“I want you to Rock me” es otro tema que entiendo no podían faltar. Por melodía, por fuerza. En este tema intercalaron unas pequeñas partes de temas de Whitesnake, G’N’R o Poison, para hacer cantar al público. “Not a minute to soon” con unos coros fantásticos, y otro de los grandes temas de la noche: “Streets in Paradise” con una Janet a la voz espléndida.
“Streets” daba paso a un “Keep on rockin’ in the free world” cantado por Share. Conocedoras de su poder, con “Love is a killer” se acabaron de meter del todo al público en el bolsillo. Pero cuando estás arriba de todo, lo que pasa es que caes. Y eso pasó con “Never say never”. Y es que esta canción perteneciente al “Tangerine” es de un disco que no cuajó entre el público rockero. Mitad y últimos de los noventa no fue una buena época para el Hard, y un intento de acercarse a otros públicos, hizo de él un disco totalmente prescindible. Acto seguido un “Hell raisers” en el que tras acabar la canción, Share llamó, o hizo ver que llamaba, a su madre para decirle que estaba en Barcelona tocando ante un público sensacional.
“Love made me” sonó recordándonos esa voz tan especial de Janet. Dulce, valiente, llena de matices, y perteneciente a un tiempo que parece no volverá. Tras ella, solo de Petrucci y se iban a camerinos con “Wrecking ball”.
Unos minutos, y salían a escena para acabar el concierto con uno de sus mayores éxitos: “Edge of a broken heart” cantado por todas y todos los allí presentes.
Acabado el concierto, momento entrañable para los fans que esperaron a la banda, la cual al completo fue a la zona de merch para firmar largo y tendido todo lo que se le entregó, incluido fotos, pese a que no les daba abasto a todo lo que caía encima el stand para firmar, siempre simpáticas con todos/as.
Una hora y veinticinco minutos aproximadamente de concierto, con una vuelta que nos deja muy ilusionados ante una nueva etapa de la banda. Esperemos pronto un nuevo disco, y una pronta vuelta a los escenarios, si puede ser aquí mejor. De momento dar las gracias a Robert Mills, por darnos la posibilidad de disfrutar de una banda, que pensábamos no íbamos a ver nunca. “Never say never”…
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